Como ya expliqué en mi artículo “La bella modelo desaliñada”, lo verdaderamente complicado es hacer que los moradores de cada uno de los municipios de Sierra de Gata  no vieran en estas recreaciones visuales una simple apuesta estética. Realmente si los núcleos de la Sierra se transformaran de esa manera, la afluencia de visitantes sería importantísima y, por lo tanto, el despegue económico sería inmediato. La situación actual es dramática. Gran parte de los pueblos tienen sus cascos prácticamente deshabitados, abandonados, y jóvenes y mayores sólo ven fuera de la región un cierto futuro.

Creo sinceramente, huyendo de chovinismos,  que el entorno, la materia prima, son más que suficientes para hacer de esta región una zona casi única debido a sus particulares características que todos conocemos.

No hay espectaculares construcciones ni paisajes nunca vistos, pero precisamente esté en esto su verdadero encanto. Su “apacible sencillez” bien pudiera ser el leitmotiv que atrajese a las gentes ávidas de  disfrutar, reposar y recordar las buenas esencias de la vida.

El revulsivo de las ciudades, del estrés,  de la prisa y de lo artificial siempre va a ser un modelo similar al que aquí se propone. Desde este punto de vista, la noble y auténtica recuperación de nuestra Sierra sería de lo más oportuno, rentable y vigente por muchos años. Siempre sería atrayente.

Es cierto que poseemos suculentos productos que debemos promocionar y vender, pero el más importante de todos, el más atractivo sería poder recuperar un entorno que transmita y haga vivir esa sensación de naturalidad y sosiego tan deseada, tan demandada. De ser así, en un radio de 300 Kms hay una ingente población potencial  más que suficiente para atraer al público sensible a estos planteamientos. Sin duda irá en aumento.

Ya apunté que aún no es el momento de la promoción externa. De momento nuestra región está maltrecha y, lo que es peor, sin ilusión por el futuro. Los pocos turistas que se animan a visitarnos encuentran nuestros pueblos casi desiertos, construcciones espeluznantes, nuestro entorno sucio… Casi diría que proyectamos una “contrapublicidad” letal.

Las crisis profundas sólo tienen una ventaja: la necesidad imperiosa del movimiento, de la búsqueda de soluciones. La otra opción es el inmovilismo, la muerte.

Ante este panorama pensé que sería necesaria una labor didáctica, directa y escueta que tocase la fibra sensible y, en pocos minutos, supiera explicar cómo podría hacerse renacer en todo su esplendor  la belleza esencial que posee la Sierra a pesar de todo.

Cilleros Juan Sixto Lopez Marzo 2013

Recreacion Cilleros Juan Sixto Lopez Marzo 2013

De cada uno de los pueblos, y también de la región como conjunto, deberíamos realizar recreaciones visuales similares para enseñar a sus habitantes como podría lucir su futuro. Las casas abandonadas volverían a ser codiciadas para establecer negocios o viviendas en un entorno único. Renacería la vida y la prosperidad.

Sin embargo todo ello requiere de unos estudios previos, de un programa, de un guion que seguir. Es necesario profundizar en la historia, cultura y tradición de La Sierra para extraer de ellas la esencia que permita definir el diseño de las soluciones a sistematizar y poner en práctica. Aspectos como formas y materiales de los elementos constructivos y decorativos, señalética, sistemas de iluminación y ornamentación permitirían elaborar una normativa básica a seguir en el entorno urbano. Otro tanto en lo referente a la preservación y recuperación de la naturaleza.

Para cuando acabasen los estudios y pudieran empezarse a implantar las normas, la población debería estar ansiosa e ilusionada por asistir y contribuir a la cimentación este futuro.  De nada serviría comenzar a llevar a cabo estos proyectos con la oposición, escepticismo o apatía de las gentes. Debieran estar informadas, preparadas e ilusionadas con ello.

Estos son los motivos profundos de los videos y estudios que estoy realizando en relación con todo ello.

Como creativo y fotógrafo enamorado de La Sierra me gustaría, a no mucho tardar, poder pasearme por sus pueblos encantadores y retratar con avidez sus rincones sin que desastres, despropósitos y abandono tuvieran que ser la melancólica decadencia con la que ahora debe conformarse mi inspiración.

Otro ejemplo de la misma idea. Esta vez se trata del la pedanía de Trevejo:

Este último  recrea Cilleros